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El Dividendo Digital será clave para el despliegue de 4G y la universalización de internet en América Latina

“Entre 2012 y 2015, los operadores móviles latinoamericanos han pagado USD8 mil millones en licencias de espectro 4G y han invertido USD96 mil millones en despliegues de red en los últimos 5 años. Estimamos que se invertirán USD193 mil millones entre 2014 y 2020.”

 Sebastián Cabello(*)/ Latinoamérica, Abril 2015

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Estamos en momentos en los cuales la cuarta generación (4G) de las tecnologías móviles está siendo desplegada a lo largo y ancho de nuestra región, incluso a un ritmo superior del que tuvo 3G en su comienzo. Según los últimos datos de GSMA Intelligence, revelados durante el Mobile World Congress 2015 en Barcelona, la cobertura 4G estará disponible para 76% de la población latinoamericana para fines de 2020, aumentando desde el 35% observado a fines de 2014. Esto significa que de las 889 millones de conexiones móviles que se esperan para 2020, 4G represente el 28%, es decir unos 245 millones.

Sin embargo, siempre estas estimaciones parecen quedarse cortas. El móvil es el fenómeno global de las últimas décadas que está transformando la vida de todos, creciendo más de lo esperado, y fundamentalmente, creando grandes oportunidades en el camino. La escala y la interoperabilidad son los dos pilares claves donde se apoya una industria que fomenta un ecosistema cada vez más prolífico hacia delante y hacia atrás de su cadena de valor. Esto ha permitido desafiar los logros de cualquier otro servicio privado o público con vocación masiva. A fines de 2014, ya se observaban 709 millones de conexiones móviles totales, y más de 300 millones de conexiones de Banda Ancha Móvil superando 5 veces a 1 en promedio a las conexiones de Banda Ancha Fija.

La demanda de los usuarios y las comunicaciones Maquina-a-Maquina (M2M) también impulsa a que el crecimiento no se detenga y que sea necesario seguir invirtiendo cada vez más. La proliferación y mayor asequibilidad de los smartphones que permiten el uso de internet, crea un nivel de tráfico de datos en las redes sin precedentes, que con frecuencia puede saturarlas si no se cuentan con planes de expansión de capacidad de largo plazo donde haya un horizonte claro para canalizar las inversiones. Solo entre 2012 y 2015, los operadores móviles latinoamericanos han pagado USD8 mil millones en licencias de espectro 4G y han invertido USD96 mil millones en despliegues de red en los últimos 5 años. Estimamos que se invertirán USD193 mil millones entre 2014 y 2020 (Reporte: La Economía Móvil de América Latina 2014).

Cerrar la Brecha Digital utilizando inteligentemente el espectro

El modo principal de acceso a internet en nuestra región se da a través de dispositivos móviles. Entonces, para lograr la universalización del acceso internet, lo que llamamos el cierre de la brecha digital, es necesario enfocarse en el avance de estas redes y servicios. Se ha logrado mucho hasta el momento pero todavía hacen falta mayores esfuerzos coordinados y colaborativos entre el sector privado y público para llegar a las zonas remotas, donde no es rentable hacerlo de la manera de competencia de redes tradicional. Para esto hace falta incentivar la compartición de infraestructura, facilitar los accesos a edificios y vías, desarrollar proyectos conjuntos (los conocidos PPPs) y, fundamentalmente, utilizar inteligentemente un recurso clave: el espectro radioeléctrico.

La parte superior de la banda UHF (la banda de 700MHz) fue identificada por la Unión Internacional de Telecomunicaciones en 2007 para utilizarse para servicios móviles de datos. Este espectro había sido atribuido para servicios de radiodifusión, los cuales a partir de la digitalización requerirían menos espectro de frecuencia y podrían acomodarse en frecuencias inferiores. A ese espectro disponible de las digitalizaciones de la TV se le llamó el “Dividendo Digital”. Rápidamente hubo consenso en las administraciones de nuestra región y del mundo en la importancia que esta frecuencia podía tener para dar mayor cobertura geográfica a los servicios inalámbricos de Banda Ancha, por tratarse esta de una banda más baja, la cual permite mayor propagación de la señal, incluso que los servicios existentes de 2G y 3G provistos en 850MHz. Es decir, si se utilizase la infraestructura existente para proveer servicios pero utilizando la banda de 700MHz se expandiría inmediatamente la frontera de cobertura más allá de donde hoy estos alcanzan. Según un estudio realizado por Raul Katz y Ernesto Flores-Roux en 2011 (“Beneficios Económicos del Dividendo Digital para América Latina”), la banda ancha móvil podría crecer hasta 20 puntos porcentuales su cobertura para varios de los países estudiados.

Resulta claro: El Dividendo Digital es una condición necesaria para que un país pueda realizar sus metas de conectividad ya sea en planes nacionales de Banda Ancha o Agendas Digitales. Este consenso regional en la importancia de la banda de 700MHz para la provisión de servicios de Banda Ancha Móvil se vio plasmado en que toda la región cambió la atribución y propuso, mayoritariamente, una canalización de la banda armonizada en consonancia con lo propuesto en Asia Pacífico que permitirá tener ganancias de escala importantes y evitar problemas de interferencia. Esto significó una divergencia con Estados Unidos y Canadá, pero que tuvo muy válidas justificaciones en el mayor aprovechamiento de este espectro clave, como recurso escaso.

Avances de los Despliegues de 4G y perspectivas del uso del Dividendo Digital

A Marzo de 2015 se contaban 57 redes de 4G-LTE en 22 países de la región. Estos despliegues se estaban realizando en diversas bandas de frecuencia, predominantemente en la banda AWS (1700-2100MHz licitada en 9 países) y en la banda de 2.6GHz (2500-2690MHz utilizada principalmente en Chile, Colombia, Venezuela y Brasil). Sin embargo, 2014 fue el año en que comenzó a licitarse con mayor impulso la banda de 700MHz empezando por Chile, seguido por Brasil, Argentina, Panamá y Jamaica, las cuales se sumaron a las asignaciones que se habían hecho tempranamente en Bolivia y Ecuador. La importancia de esta banda de 700MHz se reflejó en los precios pagados, que alcanzaron USD3.700 millones, lo cual representa un 44% del total pagado por espectro 4G, aunque fue solo un 19% de los MHz licitados.

Hacia delante, los servicios de datos como los de 4G van a necesitar ser provistos por los operadores mediante la combinación de tenencias de espectro de bandas altas y bajas, para poder ofrecer tanto mayor capacidad (bandas altas) como cobertura (bandas bajas). Por eso, tampoco debería pensarse en utilizar el espectro como un elemento recaudatorio ya que puede tornar inviable los proyectos de inversión posibles que quieran efectivamente dar respuestas al acuciante crecimiento de la demanda. Otro elemento clave para que el uso del Dividendo Digital se concrete más temprano que tarde es procurar la limpieza de la banda de 700MHz de los servicios existentes, muchos de los cuales son precarios y carecen de escala. La experiencia de Brasil, en este sentido, puede ser útil para saber qué hacer y que no; esto podrá verse en cuanto pueda disponerse de las frecuencias subastadas el año pasado.

El estudio de Katz y Flores-Roux también daba cuenta de las oportunidades y el impacto socioeconómico que el uso del Dividendo Digital puede tener para la región: podría contribuir hasta USD14.800 millones a la economía latinoamericana, superando ampliamente (hasta 4 veces más) el impacto que tendría utilizar este espectro para otros servicios, como la radiodifusión. Es altamente importante que la política pública sea de Estado, trascienda los gobiernos, y haga carne las oportunidades que hay por delante, maximizando el potencial de los recursos de un país como es el caso del espectro, por el bien de las futuras generaciones.  El acceso a Internet es democratizador de oportunidades, generador de capacidades individuales y colectivas y, por supuesto, una gran herramienta para diversificar las voces.

(*) Director GSMA para Latinoamérica

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